- El caballo nos devuelve el reflejo de nuestras fortalezas y nuestras debilidades, de nuestras cualidades, virtudes y valores… De todo aquello que nos hace distintos y únicos, abriendo ante nosotros un infinito camino de superación.
- Desde su instinto de supervivencia, busca la pertenencia y la protección del grupo. A través de este resorte biológico primará la seguridad y la confianza.
- Frente a él, podemos potenciar nuestra firmeza, nuestra asertividad y certeza. Activar nuestra motivación y nuestro poder de decisión.
- Ser más seguros frente a la toma de decisiones y los retos. El aprendizaje frente al caballo es efectivo, en tiempo real, que nos exige una respuesta creativa.
- Es un trabajo basado en la congruencia, en lo que sentimos y en lo que hacemos.
- Frente al caballo podemos desarrollar nuestra capacidad de decisión, la seguridad en nosotros mismos y en nuestras acciones, comprendernos mejor y entender cómo superar las dudas y la incertidumbre.
“Si podemos mover a los caballos, podemos mover a las personas”.